Los últimos acontecimientos, protagonizados por los movimientos sociales en Chile y Bolivia presentan similitud en muchos de sus aspectos. En cada caso, los intereses que están detrás de los acontecimientos, son las operaciones de control que quieren ejercer los nuevos poderes para someter a los pueblos con sus planes fascistas de control totalitario, para el expolio de los recursos naturales de cada país y así seguir implantando el sistema depredador humanicida sobre el planeta.

En ambos países se ha producido el intento de control violento por parte de los erigidos como nuevos virreyes, (nuevos poderes, desarrollo el tema en mi nuevo libro: “Resistencia al fascismo global”).

En Chile motivó represiones feroces, con mucha saña, como en el caso de los carabineros que disparaban a los ojos de los manifestantes, sumando todo tipo de violencia disparando a mansalva sobre el pueblo indefenso, y la imagen patética de arrojar a un joven desde un puente.
El fascista Piñera erigido como presidente, ejerce mediante una “democradura” un intento de control de la situación enquistada socialmente, protegiendo los intereses de las 5 familias dueñas de los recursos del país. Amparándose en una constitución torticera que data de la época del dictador Pinochet que en su intento de dejar atados los resortes de expolio del pueblo, se trata de seguir haciéndola cumplir a sangre y plomo.

En Bolivia, después de provocar un golpe de Estado con participación de las F.A., en su intento de hacerse con el control del poder, y por consiguiente con las riquezas con que cuenta el subsuelo y lo que representan. En estas operaciones ha quedado claramente la participación de EE.UU. Con intentos de soborno mediante millones de dólares.

La represión para tratar de desestabilizar las instituciones posterior al golpe, fue feroz, contando con la participación de grupos para-policiales comandados por los golpistas, la anuencia de los cuerpos policiales y sectores de las F.A.

Medios represivos.

En ambos países los medios empleados por las fuerzas represoras claramente alineadas con métodos fascistas, dan cuenta de la inescrupulosidad en el empleo de las mismas:

– control violento con participación de las F.A., aparatos policial, grupos paramilitares.

– la maquinaria detentadora del poder político se apoyó en un entramado de medios:
– mediáticos con intensas campañas para sembrar el confusionismo en la población, contando con la prensa colaboradora de tirada nacional, radio, televisión, etc.. Difusión de noticias falsas, despliegue en redes sociales.

– Apoyaturas económicas con cientos de millones de dólares provistos por la burguesía local y el imperio del Norte con muchos intereses participativos en ambos casos.

Oposición:

En ambos casos la protagonizan los movimientos populares. Ganando la calle todos los manifestantes pacíficamente exigiendo:
En Chile plebiscito para reformar la constitución retrograda, represiva y protectora de los sectores privilegiados que data de la dictadura de Pinochet y en la que se apoya el régimen fascista de Piñera.

En Bolivia para restablecer su legítimo gobierno sacado con el golpe militar.

Resultados políticos.

En los dos países las presión de los movimientos populares ha conseguido como resultado unos triunfos rotundos:
En Chile, con la aprobación del plebiscito para reformar la constitución con una aceptación de más del 80% revela un triunfo aplastante contra los sectores reaccionarios que en último momento incluso urdieron maniobras de confusión en vistas de los resultados.

En Bolivia el triunfo en las elecciones del MAS con unos resultados del mas del 55% con una clara derrota sobre las fuerzas golpistas nucleadas en oposición.

Estos resultados inauguran una nueva etapa en la confrontación de los movimientos sociales, contra el poder del capitalismo salvaje en su versión más fascista en el empleo de métodos para imponer sus doctrinas.
En los dos escenarios Chile y Bolivia, el poder popular (en su representación más genuina) enfrentándose a métodos represivos feroces, ha doblado el brazo del poder totalitario con sus manifestaciones definidamente del fascismo 2.0.

Esta nueva situación esperanzadora en las luchas sociales, abre un panorama inédito en el devenir de las mismas, la participación masiva por sus objetivos da cuenta de un grado de concientización del conjunto, que promete una avance en la democratización de los procesos.

Sabido es que los detentadores del poder fascista con sus innumerables y cuantiosos recursos, van a protagonizar maniobras siniestras para revertir la situación. Pero el triunfo se ha incorporado al subconsciente colectivo y demuestra un poder hasta ahora desconocido.
El proceso de cambios indispensables e inevitables de los conflictos sociales en pos de mayor dignidad, igualdad , libertad para los sin voz, estos hechos son determinantes, incorporan nuevas praxis de resistencia organizativa, posiblemente el MAS en Bolivia es la opción mas avanzada, por su masiva participación y destacadas características democráticas irrumpe en ese proceso que solamente se puede vaticinar largo y complejo, pero muy esperanzador.

horacio-suarez.com noviembre 2020.